martes, 11 de agosto de 2015

¿QUIÉN DERROTÓ A HITLER?


La respuesta más habitual en los países de Europa Occidental sería que a la Alemania de Hitler la derrotó la coalición formada por la Unión Soviética, Reino Unido, Francia y Estados Unidos, como si la intervención de todos estos países hubiera sido similar, pero la realidad es otra, ya que en la práctica la casi totalidad del peso de la guerra recayó sobre el ejército soviético. Como mejor prueba de ello aportaré la cifra de víctimas mortales, tanto de soldados como de población civil. La URSS tuvo casi 9.000.000 de soldados muertos y sus víctimas civiles superaron los  17.000.000.  Mientras tanto, los soldados muertos de Estados Unidos y Gran Bretaña juntos no llegan a los 600.000 y las víctimas en la población civil de este segundo estado fue de unas 60.000 personas.

En cuanto a Francia, no la computo como potencia vencedora, ya que debemos recordar que se rindió al ejército alemán el día 22 de junio de 1940, y bien que se tuvo en cuenta esta rendición a la hora del reparto una vez finalizada la guerra, ya que en la conferencia de Potstdam se reunieron representantes de La URSS, Estados Unidos y Gran Bretaña, que decidieron el reparto de Alemania en varias zonas de ocupación militar, la parte oriental para de los soviéticos y la occidental en principio para americanos y británicos, aunque estos dos ejércitos decidieron ceder algo de su parte a los franceses.

Se suele hablar mucho de la importancia del desembarco de Normandía el día 6 de junio de 1944, considerándolo decisivo en el desenlace de la guerra, pero en realidad ese día únicamente desembarcaron 160.000 soldados, en contraste con los casi 1.150.000 soldados soviéticos que intervinieron en la contraofensiva en el área de Stalingrado.  Otra prueba de la enorme diferencia de la contribución de unos países sobre otros en la derrota de las tropas de Hitler es que del total de víctimas alemanas, estimado en unas 5.500.000 personas, más de 4.000.000 murieron en el frente oriental.

Un dato curioso que demuestra el peso de ejército soviético en la victoria final sobre los alemanes fue que Stalin hizo plantar en los jardines situados junto al edificio en el que se celebró la aludida conferencia de Potsdam una rosaleda en forma de estrella (las rosas por supuesto que eran rojas). A esta estrella se le llamó “El regalo de Stalin” y con ella el líder soviético quiso dejar claro que quien mandaba en aquella conferencia era él.

Monumento al soldado soviético en Viena.

Para finalizar, quiero destacar que aunque la Unión Soviética se disgregara el 25 de diciembre de 1991, no por ello se dejaron de recordar la gesta de la victoria en la Segunda Guerra Mundial  y de honrar a sus muertos. Un claro ejemplo de ello es el monumento al soldado soviético en Viena, la capital de Austria. En el contrato por el que las tropas de la URSS abandonaban Austria se especificaba que dicho país se comprometía a mantener este monumento en perfecto estado eternamente. Hace unos años a los austriacos se les ocurrió la brillante idea de aumentar la altura de los chorros de la fuente situada ante el monumento, a lo que el líder ruso Vladimir Puttin exigió que se rebajara la presión del agua, ya que tapaba al soldado soviético del monumento, lo que no tuvieron más remedio que acatar. Esto demuestra que en Rusia por encima de los cambios políticos está el respeto a la historia y a los millones de muertos que les ocasionó la Segunda Guerra Mundial. Si eso hubiera pasado con un monumento español lo más probable es que nadie se hubiera opuesto, hubiéramos pedido perdón oficialmente por ganar la guerra e incluso nuestro país, como gesto de buena voluntad, hubiera subvencionado el cambio de los motores de la fuente para que aumentara la presión del agua.