jueves, 1 de noviembre de 2012

VIVIR CON ILUSIÓN


¿Qué es vivir con ilusión?

Para encontrar la respuesta a esta pregunta debemos desentrañar primero el significado del término ilusión, que desde un punto de vista científico, se refiere a cualquier distorsión de una percepción sensorial. Esa percepción por medio de los sentidos puede ser manipulada por un proceso superior, llamado imaginación, con el fin de crear una representación percibida por los sentidos de la mente, que son los mecanismos que permiten «ver» un objeto que se había visualizado previamente pero que ya no se encuentra presente en el ambiente.

La imaginación es un proceso abstracto, que no necesita de un objeto presente en la realidad, sino que se sirve de la memoria para manipular la información y relacionarla de formas que no dependen del estado actual del organismo. Es decir, la imaginación toma elementos antes percibidos y experimentados, y los transforma en nuevos estímulos y realidades.

Muy relacionadas con esa definición están las diversas acepciones que del término ilusión  recoge el diccionario de la Real Academia Española; que se puede definir como esperanza cuyo cumplimiento aparece como especialmente atractivo; lo que ciertamente tiene unas connotaciones muy positivas, ya que el tener unas metas llena de sentido a nuestra vida. Pero es importante que esos objetivos sean realizables, para lo cual debemos centrarlos en cosas viables y que dependan exclusivamente de nosotros; porque si nos marcamos unas metas demasiado altas, fuera de nuestro control, entramos en el mundo de lo irreal e inalcanzable, lo que nos puede llevar a una situación de fracaso, ansiedad o incluso, a una temida depresión.

Esta situación de falsa realidad encaja con otra de las acepciones que el diccionario recoge, al definir ilusión como concepto, imagen o representación sin verdadera realidad, sugeridos por la imaginación o causados por el engaño de los sentidos. Esta definición es la más ajustada al origen de la palabra, ya que deriva del latín ilusĭo, -ōnis, que quiere decir burlar; lo que entronca con la definición de iluso, palabra con el mismo origen latino, que se define como engañado, seducido; lo que ciertamente no es una situación deseable, porque todo lo que nazca del engaño sólo puede acarrear, a la larga, consecuencias negativas.

Pero yo me quedo con una tercera acepción recogida en el diccionario, al contemplar ilusión como viva complacencia en una persona, cosa o tarea; porque complacencia es sinónimo de satisfacción, placer, contento; lo que enlaza directamente con la definición de felicidad. Pero ese sentimiento tan positivo se potencia aún más, si cabe, al ir precedido por el término viva, es decir, que tiene vida.

Viva complacencia en la cima del Almanzor.

Esto me recuerda una frase que dice que un hombre sin pasiones, sin sueños, sin ilusiones, sin esperanzas, sin sonrisas, es un hombre muerto; por lo que, para sentirnos vivos, hay que tener permanentemente una cierta dosis de ilusión, aunque eso sí, a ser posible cimentada en unos objetivos alcanzables.